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Santo Domingo, RD

Luchamos para que usted pueda facilitarnos la varia­ción de las medidas, pero moralmente estoy destruí­do… Esto se lo expreso, no con ánimo de evadir res­ponsabilidades ni de dar lastima, pero creo que an­te Dios y mi conciencia, yo sabré estrechar las manos a usted al final de esto y decirle, gracias magistra­do”, fueron las palabras de Wacal Vernavel Méndez, implicado en el caso Anti­pulpo por un presunto en­tramado de corrupción.

Hablando ente el juez Deiby Peguero durante el conocimiento de la revisión obligatoria del caso en el Séptimo Juzgado de la Ins­trucción, y haciendo uso de su derecho a ser escuchado, Vernavel ratificó el alegato de inocencia que había uti­lizado durante las dos au­diencias anteriores.

El imputado defendió que luego de “haber vivido una vida fundamentada en la responsabilidad” y los co­rrectos estatutos sociales, se encuentra “moralmente destruído” al estar pasan­do por un proceso judicial del que no se presume cul­pable. Además, aprovechó la ocasión para manifestar que es uno de los “princi­pales interesados” en que el caso llegue hasta las últi­mas consecuencias.

Nunca pensó fugarse
Además de Méndez y Alexis Medina Sánchez, en la revisión obligatoria de la medida de coerción estaba el implicado José Dolores Santana Carmona, quien aseguró que en el momen­to en el que supo que ha­bía una orden judicial en su contra pudo haberse dado a la fuga, sin embargo to­mó la decisión de ponerse en disposición de la justicia.

Santana relató su ver­sión de los hechos sobre el momento en el que fueron apresados Francisco Pagán y Alexis Medina. Contó que luego de que ellos fuesen intervenidos ya era cons­ciente de que él formaba parte del pelotón con soli­citud de apresamiento por parte de la Procuraduría General de la República.

“Me dirijo hacia mi ca­sa, ya sabiendo que sobre mí había un proceso… Ví los vehículos policiales ahí, cuando miro hacia arriba y me doy cuenta que las lu­ces están encendidas, llego al parqueo, subo y me puse a disposición de la justicia”, dijo. “Fuga, que buen mo­mento hubiera sido ese. Pe­ro no pude hacerle eso ni a mi familia, ni a mi concien­cia”, agregó el acusado.